La lucha contra el desperdicio alimentario es ahora una prioridad para todos: supermercados e hipermercados, pequeñas empresas, canales cortos de distribución y plataformas de venta directa como Regioneo.
Para apoyar y promover estos esfuerzos, Francia ha creado la etiqueta nacional contra el desperdicio de alimentos. La etiqueta se concede a los establecimientos que aplican medidas eficaces para reducir los residuos, al tiempo que apoyan el desarrollo de competencias y la mejora continua. Respaldada por la ley AGEC, forma parte de una ambiciosa estrategia nacional y aboga por una mejor gestión de los productos alimenticios en todas sus fases, desde la adquisición hasta el reciclaje de los productos no vendidos.
¿Por qué una etiqueta nacional para combatir el desperdicio de alimentos?
Cada año se desperdician millones de toneladas de alimentos, lo que supone un verdadero quebradero de cabeza económico, medioambiental y social. Con la Ley contra los residuos para una economía circular (AGEC), Francia se ha fijado objetivos claros: reducir a la mitad el despilfarro de aquí a 2025 en los sectores del comercio minorista y la restauración, y de aquí a 2030 en toda la cadena alimentaria.
La etiqueta antidesperdicio alimentario se creó para apoyar este movimiento, promover las mejores prácticas y fomentar la innovación en este campo. Se aplica a todo tipo de distribuidores, desde las pequeñas tiendas de ultramarinos hasta los mercados especializados como Regioneo, y les permite afirmar sus compromisos ante socios, clientes y el público en general. Este marco fomenta la implantación de sistemas antidesperdicio, asociaciones para la recuperación de bienes no vendidos y una gestión precisa de las existencias y las donaciones.
Los tres niveles de certificación de la etiqueta antidesperdicio alimentario
La certificación se basa en un principio sencillo: tres niveles de reconocimiento, que van del compromiso a la ejemplaridad, representados por 1 a 3 estrellas (e incluso una mención especial para los más avanzados). Cada nivel reconoce las acciones emprendidas y su madurez:
- Nivel 1 (Compromiso)
- Nivel 2 (máster)
- Nivel 3 (ejemplar)
Cada nivel corresponde a unos requisitos cada vez mayores, documentados durante una auditoría anual. Los criterios abarcan la gestión de las existencias no vendidas, el abastecimiento responsable, la prevención de residuos, la sensibilización interna y la colaboración con la red local. Para saber más, lea este artículo de Phenix detalles de los 17 criterios divididos en 4 categorías principales.
Nivel 1: Compromiso
El primer nivel está dirigido a quienes empiezan a actuar contra el desperdicio de alimentos. El objetivo principal aquí es concienciar sobre lo que se desperdicia, realizar un diagnóstico e iniciar las primeras acciones globales: establecer indicadores sencillos, concienciar a los equipos, adaptar la política de ventas en función de las pérdidas observadas.
Para optar a la primera estrella :
- Tenemos que demostrar nuestro compromiso y actuar sobre la base de los indicadores disponibles.
- Los umbrales de residuos son, por ejemplo, para un supermercado de menos de 400 m², entre 1% y 0,71% de rotura neta en las ventas de alimentos.
Este nivel implica medidas correctoras básicas y la implicación progresiva de la dirección y los equipos.
Nivel 2: Maestría
En esta fase, la tienda o empresa tiene un enfoque más refinado de la gestión de residuos. La recogida de datos se hace más estructurada, los productos no vendidos se controlan con mayor rigor y se ponen en marcha una serie de acciones específicas: acuerdos contractuales con los proveedores sobre la reducción de residuos, seguimiento detallado de los lotes antiresiduos, sensibilización periódica del personal mediante planes de formación.
En cuanto a los resultados, las exigencias aumentan:
- El índice de rotura debe reducirse, por ejemplo, a menos de 0,60% para tiendas de entre 400 y 2.500 m².
- Los puntos de venta deben demostrar su capacidad para identificar con precisión las fuentes de residuos y medir la eficacia de los planes de acción.
Obtenga más información sobre cómo encajar estos requisitos en la dinámica comercial en la página dedicada al gestión de residuos y recuperación de productos.
Nivel 3: Ejemplar y mención especial
El último nivel distingue las estructuras en las que la lucha contra los residuos forma parte integrante de la estrategia, a todos los niveles. Aquí se optimiza cada etapa del ciclo de vida del producto: relaciones de apoyo con asociaciones de donación, innovaciones probadas, adaptación continua del sistema. El plan de acción se supervisa, evalúa y comparte con todo el equipo. Si la puntuación supera un determinado umbral, se concede la etiqueta especial «Zero Food Waste» a los líderes y permite aumentar la comunicación (una herramienta que puede impulsar la reputación de los agentes innovadores).
Los umbrales de residuos son especialmente bajos (por ejemplo, por debajo de 0,25% para un hipermercado de más de 2.500 m²), y cada planteamiento debe estar documentado y ser auditable.
Para más información sobre el proceso de certificación, visite la página Certificación AFNOR ofrece una guía completa.
Pasos y auditorías para obtener la etiqueta
Para presentar una solicitud, cada establecimiento tiene que elaborar un expediente y llevar a cabo una evaluación de sus prácticas contra los residuos. Tras examinar la solicitud, un organismo de certificación autorizado realizará una auditoría in situ. La certificación se concede individualmente (por tienda o punto de venta), durante tres años, con una auditoría de seguimiento cada año para confirmar los progresos realizados y validar que se mantiene el nivel alcanzado.
Las auditorías se basan en entrevistas con el personal, comprobaciones documentales y visitas a las zonas de almacenamiento. En todas las fases, la claridad, la trazabilidad y la prueba de las acciones son esenciales si queremos seguir cumpliendo las normas.
¿Cuáles son las ventajas de los canales cortos de distribución y del comercio electrónico?
Para los productores, los minoristas locales o las plataformas como Regioneo, obtener la etiqueta significa aumentar su credibilidad al tiempo que reducen sus pérdidas. El impacto va incluso más allá:
- Una imagen de marca más fuerte Los clientes favorecen a los agentes locales responsables.
- Diferenciación competitiva ¡Convertirse en la referencia local contra la basura cuenta!
- Reducir las pérdidas Gestión simplificada de las ofertas, mayor rentabilidad de los productos no vendidos, atractivo de los productos “imperfectos”.
- Destacar las ofertas contra la basura en una plataforma que permite una gestión dinámica del inventario y promociones responsables.
La adaptación se ve facilitada por las herramientas de gestión en línea, esenciales para los canales de distribución cortos, donde la flexibilidad y la transparencia marcan la diferencia.
Con el etiqueta contra los residuos alimentarios, Al adoptar este enfoque, todos los agentes de la industria agroalimentaria pueden comprometerse, avanzar y aumentar el valor de sus acciones para lograr un suministro de alimentos más sostenible. Sea cual sea el tamaño de la organización, este enfoque apoya la transición ecológica y proporciona una ventaja competitiva sólida y visible.
Para Regioneo y sus socios, es la ocasión ideal para afirmar una misión: promover la calidad, la proximidad y la reducción de residuos al servicio de un sistema alimentario más justo. Adopte las herramientas adecuadas para convertir las limitaciones en oportunidades y conviértase en motor del cambio en su sector.