En un contexto en el que cada bien cuenta y en el que la presión sobre los recursos no deja de aumentar, la etiqueta contra el despilfarro alimentario es una auténtica palanca de acción. Más que un logotipo «verde», distingue a aquellos -agricultores, productores, comerciantes, artesanos- que se comprometen concretamente a reducir los residuos a lo largo de la cadena alimentaria.
Esta etiqueta promueve prácticas locales, responsables e inteligentes, y responde a una doble exigencia: proteger el medio ambiente y, al mismo tiempo, reforzar la confianza de los consumidores en busca de sentido y transparencia.
Definición de la etiqueta antidesperdicio alimentario

Introducido por la Ley AGEC nº 2020-105 de 20 de febrero de 2020 en la lucha contra el desperdicio alimentario y la economía circular, la etiqueta antidesperdicio alimentario es un reconocimiento oficial otorgado por el gobierno francés. Su objetivo es una reducción de 50 % de los residuos alimentarios de aquí a 2030.
Se concede a los profesionales del sector, desde la producción a la distribución, que adoptan prácticas concretas para limitar el desperdicio de alimentos: optimización de existencias, tratamiento de excedentes, donaciones solidarias, o más iniciativas de sensibilización en el suelo.
Al reconocer estos compromisos, esta etiqueta pone de relieve enfoques pragmáticos, responsables y de base local para una cadena alimentaria más virtuosa. Descubra la diferentes niveles de certificación AGEC.
¿A quién va dirigida la etiqueta antidesperdicio alimentario?
Le La etiqueta contra el desperdicio alimentario se dirige a todos los eslabones de la cadena agroalimentaria Entre ellos figuran agricultores, horticultores, ganaderos, artesanos alimentarios, cooperativas, tiendas de comestibles locales y supermercados.
Destaca las iniciativas prácticas, locales y responsables adoptadas para limitar los residuos. Pero también se dirige a los consumidores, Como consecuencia, los consumidores se preocupan cada vez más por la procedencia de lo que compran, la transparencia de las prácticas y el impacto medioambiental de sus alimentos.
En una plataforma como Régioneo, comprometida con un enfoque más virtuoso de la alimentación, esta etiqueta refuerza el vínculo de confianza entre productores comprometidos y compradores deseosos de consumir de otra manera. Tanto si eres productor como consumidor, adherirte a este enfoque significa elegir alimentos que tienen sentido.
Ventajas de la etiqueta para los productores y comerciantes locales
La obtención de la etiqueta le permitirá transformar sus esfuerzos cotidianos en fuerza comercial y un compromiso reconocido. He aquí algunos aspectos destacados.
Reducir las pérdidas para mejorar la rentabilidad
Implantar la etiqueta antidesperdicio significa reducir de forma tangible el desperdicio de alimentos. Menos productos tirados significa más ahorro: cada kilo ahorrado representa un margen recuperado. Esto se traduce en una mejor anticipación de las ventas, una gestión más precisa de las existencias y una mayor rentabilidad de los productos al final del ciclo.
Además, este distintivo oficial le distingue de los demás operadores y le abre las puertas de nuevos mercados para unos consumidores cada vez más sensibles.
Reducir los costes de gestión de residuos
Menos residuos significa también menos volúmenes que procesar al final de la cadena. Al limitar los residuos en origen, los profesionales reducen los costes de recogida, clasificación y eliminación. Una estrategia eficaz que combina el ahorro con el cumplimiento de la normativa.
Crear nuevas fuentes de ingresos sostenibles
Gracias a la etiqueta, los productos no vendidos pueden venderse a precios reducidos o donarse a organizaciones benéficas (dar derecho a beneficios fiscales), o la transformación para una nueva comercialización. Estas palancas permiten transformar un producto no vendido en una oportunidad económica.
Actuar en favor del medio ambiente y aumentar su credibilidad
Reducir los residuos también significa preservar los recursos naturales (agua, energía, tierras de cultivo) y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Este posicionamiento responsable atrae a los consumidores y mejora la imagen de la marca. La etiqueta se convierte así en un fuerte marcador de compromiso y profesionalidad.
Perspectivas para los consumidores comprometidos
Para los consumidores, la etiqueta antidesperdicio alimentario actúa como una brújula. Les permite identificar los productos locales producidos de forma responsable, centrarse en la trazabilidad y distinguir entre una oferta comprometida y un simple argumento de marketing.
Optar por artesanos y minoristas certificados es también una forma concreta de apoyar la lucha contra el despilfarro, favorecer la redistribución de los productos no vendidos y garantizar alimentos de calidad, de temporada y sabrosos. Es un paso más para reducir nuestra huella ecológica mientras disfrutamos de lo mejor de los productos locales.
Para saber más: los criterios y procedimientos para obtener la etiqueta
El planteamiento de etiquetado antiresiduos va acompañado de requisitos claros en materia de gestión de existencias, compras y existencias no vendidas, adaptados a las características específicas del sector.
Si quiere saber más, lea nuestros artículos detallados sobre cómo obtener la etiqueta antidesperdicio de alimentos o en criterios para la etiqueta antidesperdicio alimentario.
Promueve las buenas prácticas, refuerza el vínculo de confianza entre productores y consumidores y respalda el compromiso de plataformas como Régioneo. Apoyar, promover y sumarse a estas iniciativas significa elegir alimentos justos, locales y sostenibles.